Un arquitecto debe comenzar por construir un currículo que destaque los proyectos donde ha participado, así como los objetivos individuales que logró en cada una de estas experiencias laborales. El portal elempleo.com consultó con dos arquitectos, cada uno con distinto enfoque, sobre la presentación de una buena hoja de vida.
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La arquitectura es un oficio interdisciplinario que exige conocer de varias áreas para un buen desarrollo profesional.
Así, en el currículo debe haber espacio para dos cosas: el aporte individual y el general a cualquier tipo de proyecto.
“Es importante destacar los proyectos ‘grandes’, pues en estos se suelen integrar procesos relacionados con la consultoría de ingeniería, economía, suelos, materia legal, cuidado ambiental, radicación y planeación”, explica Carlos Chewin, gerente y representante legal de Proyectar Soluciones.
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Aunque la formación académica es un aspecto sumamente relevante por el manejo de herramientas y aprendizaje de distintos estilos y proyectos, “el trabajo de campo y la ejecución del oficio es lo que realmente capacita y brinda conocimiento importante para el arquitecto”, reconoce Chewin.
“Es vital entender la actividad y los recorridos que se van a realizar y poder visualizar cómo se pueden mejorar y transmitir. El habitar o recorrer un lugar es un ejercicio que, con retribuciones hacia el usuario como la iluminación, circulaciones cómodas, materiales, escalas y tantos aspectos relevantes, eleva su experiencia de vida mientras se convive con la obra”, advierte Martín Ramírez, arquitecto y diseñador de ODEM.
Ahora, es recomendable dedicar un espacio al portafolio en este documento. Quienes leen el currículo se sentirán más familiarizados y conectados con el trabajo y creatividad del arquitecto si se incluyen elementos gráficos como fotos, diseños y planos que sean un diferencial de su trabajo.
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“Es muy importante que las fotos de las obras sean de alta calidad y reflejen la obra del mejor modo, ya que esto vale más que cualquier explicación. En el mundo de hoy las imágenes son más poderosas”, dice Martín Ramírez, arquitecto y diseñador de ODEM, quien también ha colaborado en otros proyectos como Cine Tonalá, Video Club, entre otros.
También es necesario apuntar cuáles son las herramientas o software que el profesional maneja, ya sea Autocad, Revit, Sketchup o Archicad.
Según Martínez, el arquitecto debe proyectar su “criterio” y “estética” en su currículo, sin dejar de “representar una idea de su trabajo de manera fácil, de tal manera que sea posible mostrar la viabilidad y el diseño de un proyecto sin esperar por un ‘render’ o a tener planos; si un arquitecto no puede expresar sus ideas de modo claro y rápido, el desarrollo va a ser lento y estático”.
Dentro de la hoja de vida de los arquitectos también se recomienda dedicar un espacio al perfil y el estilo de trabajo del profesional. En este apartado, se valora que el arquitecto pueda trabajar en equipo, tener disposición al aprendizaje, su estabilidad laboral y compromiso con cada proyecto.
Finalmente, las referencias laborales sirven para corroborar la participación en un proyecto. Por eso, aquellos contactos que se pongan en la hoja de vida del arquitecto deben dar constancia del “nivel de desempeño y la experiencia en un área específica, ya sea administrativa, en obra o elaboración de presupuestos”, concluye Chewin.
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Por: Juan David Castro
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