Mucho se ha hablado de las crisis laborales y sus múltiples causas: desmotivación, bajos salarios, situaciones de incomodidad o problemas con los compañeros de trabajo, cambios inesperados en el ambiente laboral, etc. Básicamente suceden cuando una persona no se siente valorada dentro de su empresa u ocurren situaciones que le restan peso a su posición dentro de la organización. La salida más fácil u obvia para muchos es cambiar de empleo.
Según la academia, los "buenos" gerentes son aquellos que deben lidiar con este tipo de improvistos, para así generar motivación en el recurso humano bajo su cargo, despertar empatía en sus subalternos, generarles confianza, en fin, garantizar el logro de resultados a través de un equipo bien cohesionado.
Asombrosamente, las crisis no sólo afectan a trabajadores del nivel intermedio, es decir profesionales o técnicos, incluso a los cargos operativos, sino que se repite en toda la cadena laboral, afectando hasta a las más altas posiciones ejecutivas o gerenciales. Entonces, qué sucede si el gerente de su empresa es quien está atravesando por esta situación.
¿Es posible que el líder de una gran multinacional pueda caer en depresión laboral?
Definitivamente sí, y lo peor es que estas crisis son más comunes de lo que se piensa.
Cuando hablamos de trances en cargos medios o gerenciales, lo primero es diferenciar en qué cultura ocurre esto. Para los latinos, incluso los europeos, en oposición a los asiáticos, el trabajo en muchas ocasiones no es el centro de la vida. A los mongoles o los chinos, desde muy niños los educan para que su vida se base en el trabajo y en sus logros laborales. En la cultura occidental, la carrera es importante, pero no es lo único.
¿Está atravesando una crisis?
Hay varios síntomas para saber que un gerente o alto ejecutivo entra en crisis, el primero de ellos y quizás el más común, es cuando sienten que han invertido mucho dinero y esfuerzo en su carrera pero no lo ven reflejado por ejemplo en sus beneficios, o en la relación que sienten con su empresa, es decir pueden pensar que ellos entregan mucho más de lo que reciben, o que su visibilidad dentro de la compañía no es la suficiente (exposición gerencial). Este problema afecta, por ejemplo, a quienes han invertido mucho tiempo y esfuerzo en formarse adecuadamente para un cargo.
Los puestos operativos son mucho más repetitivos y sus desmotivaciones van más conectadas con temas de salarios, beneficios contractuales, etc.
Todas las personas que ejercen posiciones de mando, en algún momento de su vida sienten que alcanzan un punto en el que no van a crecer más, que llegaron al tope en su carrera. Esta sensación va acompañada obviamente del crecimiento físico, es decir, suele ocurrir cuando alcanzas cierta edad. Los cargos operativos o semi - calificados llegan a su punto máximo entre los 27 o 28 años de edad, sino invierten en otro tipo de estudios, por lo que subconscientemente piensan que ya llegaron a donde van a llegar. Optan por cambiar de empresa, incluso de sector, pero consideran que no van a lograr más responsabilidades a nivel profesional.
Para los profesionales con mayor nivel de educación esto pasa un poco más tarde, suele ocurrir entre los 31-36 años. A esa edad sienten que ya no van más allá, que no van a ser gerentes, o directores de mercadeo. La sociedad influencia mucho para que la gente crea ese pensamiento, e inconscientemente lo hacen parte de su vida.
"Este es un proceso muy doloroso en la vida de cualquier persona, ya que esa insatisfacción se ve reflejada en la infelicidad que pueda tener en su día a día (desmotivación, frustración)", según afirma el gerente general de Hays Colombia, Duarte Ramos.
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¿Gerentes en crisis?
Además de la capacitación es importante conocer el interior de la empresa.
Consejos profesionales / 8 de febrero de 2013
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