Los empleados con estrés crónico son un 68 por ciento más propensos a desarrollar dolencias cardíacas, debido a cambios biológicos, alimenticios y en la conducta provocados por presiones de tiempo, carga laboral, falta de descanso y excesivo control. Así lo reveló un estudio británico.
De hecho, el segundo problema de salud más frecuente en Europa son las molestias asociadas con el estrés laboral, cuyo costo anual se calcula en unos 20 mil millones de euros.
En este contexto, no es gratuito que la Organización Mundial de la Salud (OMS) califique esta enfermedad como uno de los principales problemas para el rendimiento de los trabajadores y compañías.
Para Luis Alberto Marín, psicólogo clínico de Sánitas Internacional, es recomendable diferenciar claramente las manifestaciones del estrés laboral y la tensión propia o habitual de cualquier cargo.
?Dados los requerimientos del mercado es casi imposible alejarse de la presión, porque superiores, pares y subalternos la emplean como un medio para obtener los resultados esperados. El obstáculo aparece cuando se hace difícil de sobrellevar?, explicó.
Además, según un informe de la OMS, la confusión entre presión y estrés suele ser utilizada para disculpar prácticas directivas inadecuadas.
En este sentido, Giovanna Romero, gerente de Cuenta de elempleo.com afirmó que algunas señales que alertan sobre la verdadera existencia de esta enfermedad son insomnio, ansiedad, depresión, agotamiento, baja autoestima, poca tolerancia a la frustración y paranoia, entre otros.
Por su parte, Marín Esteban precisó que el estrés puede generar ataques repentinos de ira, disminución del rendimiento sexual, autoagresiones y, en casos extremos, desembocar en el suicidio.
Elempleo.com indagó la situación en Colombia a través de una consulta realizada a cerca de cuatro mil compañías y tres mil empleados.
De los trabajadores encuestados, el 48,1 por ciento se ha visto perjudicado por altos grados de tensión en algunas ocasiones, el 43,9 por ciento admitió que su anterior o actual empleo le produce estrés y el 7,9 por ciento restante aseguró no haberlo sentido.
?Quienes se desempeñan en seguridad, los funcionarios del Estado y profesionales de la salud son los más vulnerables a desarrollar síndromes como el del ?quemado? ?, anotó el psicólogo Marín.
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