Se creería que el empleado que realiza tareas en el menor tiempo y que se vanagloria de su papel y su desempeño es aquel que le proporciona más ganancias a la empresa. No obstante, se dice todo lo contrario en un estudio de Harvard Bussiness School.
Los 'narcisos' de la oficina
“Exceso de confianza y egocentrismo” son algunas de las características que resalta esta investigación de Michael Housman y Dylan Minor sobre los posibles trabajadores tóxicos, donde también se afirma que los jefes deberían evitar -desde un principio- incorporarlos en sus equipos de trabajo.
Aunque es importante que un trabajador esté orgulloso de sus logros y se ‘conozca todo el rollo’ de una organización, hay que tener cuidado para no rayar en comportamientos ‘tóxicos’. Estas personas suelen “sentirse insatisfechas y quejarse constantemente, también consideran que su trabajo se ha convertido en una actividad monótona y representan expresamente una motivación económica”, complementa Gina Vargas, psicóloga y coordinadora de consejería de la Universidad EAN.
“Los empleados tóxicos son más productivos que aquellos que no son estrictamente tóxicos” - Michael Housman y Dylan Minor
Un empleado tóxico puede repercutir en el trabajo y la motivación de sus otros pares que no se encuentran esta tónica. Por tal razón, “los líderes de los equipos pueden empezar por reconocer la situación, no obstante, el trabajador siempre debe reconocer y plantearse hasta qué punto le hace feliz el puesto en el que está y si sus propósitos están alineados con los de la empresa”, señala la experta de la Universidad EAN.
El consejo principal de la publicación es que los jefes “necesitan plantearse un enfoque mucho más integral, que en lo posible evite activamente malas contrataciones y no busque o intente retener ‘estrellas’”.
¿Cómo reconocer a los empleados 'tóxicos' y 'superestrellas'?
Según Vargas, en la entrevista se pueden reconocer estos rasgos con preguntas sobre situaciones cotidianas y de desenvolvimiento interpersonal, que vislumbren la actitud del candidato. Por otro lado, se pueden reconocer rasgos nocivos cuando “una persona habla mucho desde su ego y exceso de sus logros”.
Y puede ser que el jefe no quiera dejar ir por nada del mundo a estos compañeros ‘tóxicos’, ya que son los más ‘tesos’ en algunas funciones. Sin embargo, a largo plazo puede ser un gran problema porque “en general, no mejoran el desempeño organizacional” y pueden llegar a “cambiar la calidad por la eficiencia”, esto debido a la velocidad con que realizan sus tareas, resalta la investigación de Harvard Bussiness School.
Finalmente, aunque no realices a velocidad máxima tu trabajo y labora a otro ritmo, concéntrate en la calidad de tus resultados. Esto no significa que seas ineficiente, solamente cumples a cabalidad con tus tareas sin revelar ínfulas de ser la ‘superestrella’ del trabajo.
Juan David Castro
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