Una de las tareas más difíciles para el departamento de Recursos Humanos de una empresa es el desarrollo de un programa ético que prevenga y solucione las actividades ilegales de los empleados y que aplique estrategias acertadas.
Según una encuesta realizada recientemente por la firma norteamericana Walker Information, el 30% de los empleados en EEUU sospecha o sabe con certeza que en sus organizaciones se cometieron faltas éticas en los dos últimos años.
Sin embargo, los encargados de recursos humanos todavía no son conscientes de las consecuencias que estas imperfecciones pueden acarrear a las compañías.
La legislación estadounidense penaliza con severidad a las compañías acusadas de comportamientos no éticos, en caso de que comprueben que no han hecho esfuerzos concretos por establecer medidas para identificar y prevenir conductas ilegales.
En otra encuesta realizada por Society for Human Resource Management el 73% de los 747 profesionales de recursos humanos encuestados manifestó que sus compañías tenían códigos internos de ética. A su vez, el 61% informó que sus empresas no proveían entrenamiento práctico en el tema. Y sólo el 31% afirmó que sus organizaciones tenían oficinas de ética.
La implementación errada o insuficiente de programas éticos afecta negativamente la imagen de la compañía, y debilita la moral y productividad de los empleados. Por ello conviene ser cauteloso a la hora de establecer estas políticas. Cada caso es completamente diferente al otro.
¿¡¡Cuál es entonces la clave de un programa de ética empresarial efectivo y de calidad? Según dicen los especialistas, el abordaje más conveniente, consiste en combinar la consultoría externa con un programa interno gestionado e implementado por la propia empresa. Por el contrario, la política menos efectiva es contratar un capacitador externo, que tiene poco que ver con el trabajo cotidiano en la compañía, para dar un curso relacionado con el tema.
Cada empresa es un caso particular, por lo que las áreas de recursos humanos deben definir cuáles son los temas éticos relevantes en cada una, para luego desarrollar un entrenamiento específico. Algunos ejemplos permiten identificar los factores que contribuyen con un programa de prevención de conductas no éticas dentro de la empresa.
Lúdica pedagógica
Aprender un juego. La empresa Lockheed Martin cambió su herramienta usual de capacitación en temas éticos (talleres conducidos por instructores externos) por la incorporación de los dilemas éticos de la vida real de empleados y gerentes.
Con la ayuda de consultores externos, creó El desafío de la ética, un juego destinado a ayudar a los empleados para probar y mejorar sus conocimientos éticos y habilidades en la resolución de problemas.
El juego presenta 34 casos, basados en problemas reales, que los participantes enfrentan a diario en la compañía, y se utilizan personajes cómicos para representarlos.
Hoy en día, los gerentes conducen personalmente el entrenamiento de su gente y eligen los casos que mejor representan la realidad de su área.
Por otro lado Texas Instruments distribuye entre su personal el cuadernillo Los valores y la ética en Texas Instruments, que contiene una serie de tarjetas separables, destinadas a que los empleados las utilicen como referencia.
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