La felicidad en la oficina se traduce en el sentimiento que inunda las actividades que se desarrollan, que mantienen al trabajador orgulloso de sus labores, desempeñándolas con motivación, energía y respeto hacia sus compañeros.
La investigación y la experiencia demuestran que empleados satisfechos de su entorno organizacional, son colaboradores que están dispuestos a trabajar en equipo, ven los retos como oportunidades, están en permanente capacitación para aumentar sus competencias y aportan valor agregado a la empresa.
Es por ello que quien dirige un equipo de trabajo debe preocuparse por mantener un entorno empresarial que facilite o les ayude a que se sientan felices.
La ecuación es muy sencilla, si las personas no se encuentran satisfechas con su trabajo, el producto o servicio que se ofrece a los clientes será negativo y no tendrá la calidad o la oportunidad que los clientes necesitan.
Más de la mitad de las personas que renuncian a un empleo identifica como principal causa de su retiro al jefe y como la segunda a los compañeros. Lo anterior indica la importancia que tienen las relaciones personales.
Por tal razón, la interacción que un jefe tenga con cada uno de los miembros de su equipo y la relación que estos tengan entre sí generarán las condiciones que ayuden a percibir un adecuado clima organizacional.
Así como las personas fácilmente nos podemos contagiar de negatividad, asimismo nos contagiamos de actitudes positivas. Y adicional a lo anterior recordemos que todo inicia con el líder, es decir con el ejemplo de vida que este presente a su equipo.
Factores que lo impiden
Es claro que si un empleado no trabaja con gente positiva, si su departamento no se comporta como un verdadero equipo, la persona tendrá una natural tendencia a sentirse infeliz laboralmente.
Pero en tal caso lo peor es seguir la corriente. En estos entornos negativos hay que, literalmente, navegar en contra de la corriente. Un esquema que funciona para lograrlo es interesarse genuinamente por esas personas antipáticas y aprovechar cada oportunidad para demostrarles compañerismo, lealtad, empatía y altura moral.
Al hacerlo se rompe el círculo de la negatividad y se crea un ambiente en el que valor principal son las relaciones personales de calidad. Por supuesto que nunca se puede asegurar que lo anterior generará un cambio total, pero de todas maneras se implantará una forma de pensar diferente.
Finalmente, pueden existir tareas repetitivas, lo que seguramente genera insatisfacción natural por aburrimiento, pero en la actualidad hay suficientes metodologías para que un jefe pueda atacar esta insatisfacción con un programa dirigido al personal que las realiza y con una adecuada política de rotación de puestos.
Fuente: Rolando Cisneros Pineda, director de gestión humana de AFP Crecer.
Redacción elempleo.com
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