Dentro de las fórmulas para reponerse de las crisis, las empresas colombianas se han concentrado este año a hacer ajustes a sus políticas salariales y a cambiar las tendencias en sus relaciones con los trabajadores.
Algunas han pactado congelación de salarios, incrementos ponderados y reducciones a beneficios en las convenciones colectivas con el argumento fundamental de que es mejor conservar empleos y que mejorar ingresos salariales.
Otras empresas están en el plan de hacer participar a los trabajadores en los dividendos o las pérdidas de los trabajadores de las compañías.
Para el ministro de Trabajo, Angelino Garzón, las estrategias de las empresas son sanas en la medida en que todo lo que lleve a salvar los puestos de trabajo, más aún cuando de hacer al empleado socio de la empresa se trate.
Las centrales obreras tienen una óptica distinta: las medidas del sector privado deterioran la calidad de vida de los trabajadores y no generan una reacción en la disminución del desempleo.
El caso de las empresas textileras como Fabricato, Coltejer y Tejicóndor que están en el proceso de superar una aguda crisis es de el que se menciona para mostrar experiencias.
Otro caso de reajuste laboral en las compañías es el relacionado con el diario El Espectador que desde el 30 de septiembre pasado negoció un pacto colectivo que cobija a 374 trabajadores adscritos y que regirá para los próximos tres años.
Parte del acuerdo establece una disminución de las primas extralegales, especialmente la de vacaciones, que representaba una carga importante para la empresa que está en el proceso de recuperarse de años difíciles en materia financiera.
Así que una de las decisiones fue la de diseñar una escala para que ese beneficio extralegal los reciban en forma proporcional al monto salarial de manera que los que ganan más reciben un menos beneficios extralegales y los que reciben más bajos salarios tengan más ventajas y reciban unas primas más altas.
Entre tanto, para los salarios se determinó que los incrementos salariales se realicen en partes iguales durante dos períodos: en enero y en junio.
Para los dos primeros años concertaron el resultado de la inflación vencida menos dos puntos, mientras que para el tercer año del pacto colectivo quedó establecido un aumento salarial basado en la inflación.
Por su parte, la empresa Coltejer después de una negociación con los trabajadores llegó a un acuerdo para que se congelaran los salarios para este año, a cambio de que la empresa se comprometiera con no licenciar a 466 empleados, como lo había solicitado el Ministerio de Trabajo.
Para compensar el no incremento del ingreso salarial para este año, la empresa responderá con una bonificación de 250.000 pesos a este grupo de empleados, la cual será pagada en los últimos cuatro meses del año 2000.
Para el próximo año, cuando vence la convención el incremento salarial será de inflación más un punto.
La empresa tiene actualmente 4.300 empleados, de los cuales quedarán cubiertos por la convención unos 2.200.
Algo similar ocurrió en el acuerdo con 2.500 de los 35000 trabajadores de Fabricato que decidieron renunciar al reajuste salarial para el año 2000.
También recibirán una bonificación de 300.000 pesos cancelados en tres cuotas.
La convención que estará vigente hasta el cuatro de abril del 2002 tendrá para el segundo año un incremento igual al Indice de Precios al Consumidor.
Las primas especiales como las de aguinaldo y vacaciones se mantendrán, además que la empresa y los trabajador...
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