Con la llegada de Lionel Messi al Paris Saint Germain, y el constante movimiento en el mercado de fichajes a nivel nacional e internacional, despierta una duda colectiva que con el tiempo se hace más fuerte y es: ¿cuánto gana un futbolista? Además, se tiende a comparar y hacer hincapié en las diferencias salariales entre un deportista y un profesional, de diferentes campos de conocimiento.
En elempleo.com te explicamos algunos de los puntos en los que difieren los sueldos de un futbolista en Colombia y un profesional.
Sin duda, el fútbol es uno de los deportes que más seguidores tiene a nivel mundial y, por consiguiente, el que más dinero mueve debido a que las ganancias que se generan entre federaciones y equipos se dan a través de derechos televisivos, mercancía, publicidad, venta de jugadores, entre otros aspectos.
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En Colombia las brechas salariales entre diferentes cargos y profesiones son notorias. Para empezar, en promedio, un profesional en Colombia gana mensualmente entre $1’500.000 y $3’688.574, esto de acuerdo a un estudio de la Universidad Nacional de Colombia. Hay que tener en cuenta que esta escala salarial para el 2021 puede tener alteraciones de acuerdo al funcionamiento de diferentes compañías y la demanda en el mercado laboral.
Un punto importante a tener en cuenta, es que la liga femenina también tiene una gran diferencia en los salarios con respecto a la liga masculina. Mientras un futbolista de un club con renombre tiene cotizaciones altas, según el portal Transfermarkt, en miles y millones de euros, y con un sueldo en promedio entre $3'000.000 y $200'000.000, según el equipo en el que se encuentre (de acuerdo al poder adquisitivo del plantel), su trayectoria y rendimiento, una jugadora gana en promedio $1’200.000 a $1’500.000 mensuales, lo que hace que algunas tengan trabajos diferentes. Esto según declaraciones de Vanessa Córdoba, ex jugadora de Equidad y actual portera de Gallos de Querétaro, equipo mexicano.
Foto: Twitter @Dimayor
Según Alejandro Useche, economista y profesor de La Universidad del Rosario, “las diferencias salariales son algo histórico; es un aspecto que ha persistido a través del tiempo y también se dan diferencias entre géneros, regiones y culturas, lo que genera aquello que llamamos brechas salariales”. Un trabajo mejor remunerado que otro depende también de los riesgos que se corren a la hora de ejercerlo, esto según teorías de la economía y el mercado laboral.
Ahora bien, para comprender la diferencia salarial que hay entre un futbolista y un profesional destacado en otros campos se debe que tener en cuenta que “la sociedad actual, reconoce altamente los aportes de un futbolista, así como a un artista o pintor, que si bien, no suplen una necesidad básica o fundamental como la alimentación o seguridad, sí son puntos de referencia que agregan un valor a la sociedad”.
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Adicionalmente, los salarios están en función de la oferta y demanda de trabajo. “Si hablamos de una cantidad de profesionales en cualquier área, en cantidad son más abundantes que un deportista de alto rendimiento y esa escasez de talento humano específico, hace que sea valorado en los mercados”.
Es importante aclarar que “un jugador de fútbol profesional, genera ganancias al equipo en donde juega. Se da una relación de costo-beneficio. No obstante, hay algo cierto, y es que actualmente se identifica una exageración en los ingresos, ya que en ocasiones no tienen una justificación lógica con respecto a otros oficios que son importantes para el sistema económico, pero que responde al juego que propone el capitalismo, en una relación comercial”.
Estas diferencias son un tema que genera polémica. Elempleo.com habló también con Esteban Jaramillo, periodista deportivo, que afirma que “La diferencia en cuanto a ingresos es escandalosa. Un profesional se gradúa con sacrificio, buscando una mejor vida”.
Si bien hay oficios y cargos gerenciales en los que los ingresos son altos, “el futbolista es un esclavo de oro que se beneficia por su destreza al golpear un balón y por la subversión de valores que vive el mundo. Sus sueldos millonarios y estrafalarios, son la consecuencia de su exposición pública y su popularidad que, en algunos casos se convierte en idolatría”. Es decir, las conductas y pensamientos, desde el punto de vista sociocultural, generan mayor valor a un jugador, que a un profesional de diversas carreras en el momento de vincularse a una compañía.
Jaramillo afirma, además, que “el futbolista no es un profesional. Su actividad es un oficio, especialmente rentable”. Como reflexión final, menciona también que “la vida de un profesional, que constantemente se prepara, contribuye a que los conocimientos y habilidades no se extingan”.
El mercado laboral actual exige diferentes tipos de habilidades para la vinculación a empresas y a compañías que pueden garantizar un crecimiento integral para un trabajador profesional. Es fundamental prepararse y adquirir conocimientos.
Hay que entender que las brechas salariales son una constante en la actualidad y el deporte es un oficio que genera rentabilidad para muchos sectores de la economía. Y aunque la pregunta sea quizá incómoda, todo se basa en la dinámica económica global.
Contenidos elempleo.com - Juan David Lozano
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