No es un secreto que la cantidad de horas que los colombianos pasan en casa ha aumentado, debido a las medidas para protegerse de la pandemia. Tampoco lo es, que esto ha incrementado la cantidad de situaciones emocionales tensas. Pues bien, estas condiciones pueden, fácilmente, trascender a tu ambiente laboral, dado el cambio de roles que conllevó la “nueva normalidad”.
Pero eso no es todo. A lo mencionado hay que sumarle los horarios interminables que miles de colombianos padecen en la actualidad. Para muchos jefes verte “en línea” significa que estés “disponible”, aun cuando esto ocurra en la noche, un domingo, festivo o días de vacaciones, lo cual claramente transgrede horarios y políticas de bienestar empresarial.
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Por todo esto, un estudio hecho a inicios de 2021 en cuatro ciudades del país, por la firma FTI Consulting revela que “4 de cada 10 colombianos se sienten agotados y 7 de cada 10 cambiarían de actividad si pudieran”. Esto halla explicación en que antes la gente trabajaba, así no le gustaran sus funciones (o jefes), pensando en ganar dinero y con él, cumplir sus sueños. Y luego se desconectaba totalmente (en horas de descanso, fines de semana y vacaciones), para tener así una “recarga emocional”.
Hoy en día, al no haber espacios y escenarios definidos que representen un descanso real, porque el lugar en que comes es el mismo donde trabajas, y porque Whatsapp muestra tanto a amigos como compañeros de oficina que ahí estás, puedes sentirte desbordado, así tus funciones no te parezcan desagradables. Si a esto sumamos que aproximadamente una persona pasa el tercio de su vida trabajando (más o menos unas 90.000 horas), las empresas deben promover cambios ya, o podrían perder parte de su capital humano.
¿Cómo lograrlo?
La Universidad de Warwick hizo un estudio al respecto. Reveló que “la felicidad hace que las personas sean más creativas y comprometidas. Es una herramienta para la solución de conflictos. Es más, los empleados felices son 12% más productivos que los demás”. Entonces la gran pregunta es… ¿cómo alcanzarla? El mencionado análisis trata de responderla, mediante el incentivo de algunas condiciones, que son:
Autonomía y flexibilidad: Modelos híbridos, horarios flexibles, respeto por los tiempos de descanso, luchar contra la “reunionitis” innecesaria e implementar modelos de autogestión, son algunas claves para desarrollar estas dos condiciones.
Propósito: Una cosa es conocer de memoria la misión, visión y hasta objetivos de una empresa, y otra es que la compañía te haga sentir parte fundamental de esto. Si te sientes alguien importante y valorado en una empresa, es más posible que tus metas incluyan también crecer junto a ella.
Conexiones sociales: Un buen equipo de trabajo, con habilidades varias, roles definidos y en especial, empatía, puede hacer que una persona quiera quedarse o irse. Y piénsalo, cuando el ambiente es tenso con tu jefe o compañeros, o cuando te toca a ti asumir todas las tareas del área, ¿te resulta difícil concentrarte en tus tareas?
Balance: No todo es trabajar. Así seas el jefe. Necesitas atender y disfrutar de otras cosas, como tu familia o pasatiempos. No seas “trabajólico”. Hay una serie de acciones que se pueden tomar para cuidar ese balance. Evitar el envío de correos o mensajes después de cerrado el horario laboral, es un buen comienzo.
Aprendizaje: Una empresa que te brinda la posibilidad de crecer, no solo a nivel profesional sino personal, fortaleciendo tus conocimientos, llevándote a adquirir nuevos y guiándote para que obtengas “habilidades blandas”, se vuelve especial para ti porque influencia tu evolución personal.
Retos: Hacer siempre lo mismo cansa. Pero si tu jefe te permite incursionar en nuevas tareas y maneras de hacerlas, mediante un modelo de innovación abierto a nuevas ideas, sentirás que hay desafíos para ti, los cuales harán que no pienses en cambiar de ambiente.
Gratitud: Si bien no trabajas por una palmadita en la espalda, una cultura laboral sana no solo se enfoca en señalar errores, sino también en resaltar aciertos. Un jefe agradecido tendrá colaboradores motivados. Por eso, se necesitan espacios de feedback, para que esta motivación se lleve a cabo.
Seguridad financiera: Una persona recibe su salario porque su esfuerzo le hace merecedor de éste, no porque la empresa le haga un favor. Cambiemos el chip. Es fundamental pagar a tiempo lo acordado, aumentar lo justo, e implementar políticas de bonos por cumplimiento.
Si bien es cierto que las empresas no pueden corregir los problemas de las personas, sí pueden ser espacios seguros para ellas, donde quieran permanecer, porque se sienten valiosas, escuchadas, importantes y apoyadas.
Por todo esto, si sientes que el lugar donde trabajas es tóxico, te invitamos a usar los mecanismos amparados por la Ley; es decir, aquellos enmarcados en la política de seguridad social y bienestar laboral que tu empresa debe tener por obligación. Haz la diferencia, hablando con tu departamento de Recursos Humanos, tu jefe o tu equipo, si es preciso. Claro, cobijado siempre por un manto de cordialidad y respeto. Entiende esto: Tienes el derecho a que tu trabajo sea un lugar seguro, donde puedas ser feliz.
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