En un ambiente en que la crisis económica ha sido el indicador del camino a seguir dentro de las organizaciones del mundo, las celebraciones para dar cierre al año 2009 podrían ser uno de los elementos que menos peso tengan dentro de los presupuestos empresariales.
Sin embargo, el impacto de este tipo de eventos sobre la motivación de los trabajadores y el fortalecimiento de las relaciones entre los mismos se convierte en el valor agregado para evaluar lo positivo que existe en no dejar de hacerlos.
De acuerdo con Luz María Jaramillo, Country Managing Partner en Ernst & Young Colombia, como tradición de fin de año estos encuentros son la oportunidad perfecta para agradecer y reconocer el esfuerzo y dedicación que los colaboradores ofrecen a las compañías.
Por su parte, Adriana Pulido, directora de Recursos Humanos en Schneider Electric, comenta que se debe aprovechar la alegría e integración que evoca diciembre para generar un propósito común de encuentro y hacer un alto en el camino que permita revisar las acciones adelantadas por el equipo en los meses anteriores.
Estas afirmaciones son confirmadas por el empresariado colombiano, a través de sondeo virtual realizado por elempleo.com.
Según los resultados de esta encuesta, las celebraciones de fin de año cobran importancia en tanto incrementan la motivación (46 por ciento), mejoran el ambiente laboral (38 por ciento) y aumentan la productividad (15 por ciento).
Bajo este panorama, Jaramillo de Ernst & Young argumenta que las reuniones empresariales se convierten en una herramienta que genera sentido de pertenencia, integración y cohesión de equipo, entre otras.
"Son el momento propicio para que el personal se reconozca y deje de lado las preocupaciones laborales para pasar un momento agradable como compañía", agrega.
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