La crisis económica ha causado que millones de personas en el mundo pierdan sus trabajos, lo que aumenta vertiginosamente la tasa de desocupación en países que se habían caracterizado por mantener modelos laborales ejemplares.
Esta situación ha desembocado en cientos de protestas y disturbios alrededor del planeta.
Miles de personas han salido a las calles a manifestarse en contra de los gobiernos y compañías que no han podido hacerle frente a la crisis.
La mayoría de movilizaciones se desarrollan en Europa, continente en el que más se han exteriorizado las dificultades para sus ciudadanos, quienes han visto reducidos sus ingresos y, por tanto, en su calidad de vida.
Los movimientos más fuertes se han registrado en el Reino Unido, donde trabajadores y desempleados se han manifestado en contra de la contratación de mano de obra extranjera, lo que genera descenso en la popularidad del Primer Ministro, Gordon Brown.
Asimismo en España e Irlanda, dos de los países más golpeados por la crisis en el continente, se registran protestas semanales.
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el país ibérico tiene el índice más alto de desocupación dentro de los países miembros de la Unión Europea, con 14,4 por ciento.
Otro de los casos críticos es el de la isla francesa de Guadalupe, en donde los sindicatos mantienen paralizada la industria desde hace un mes, al tiempo que rechazan todas las ofertas presentadas por el gobierno de Nicolás Sarkosy para reestablecer las actividades y contener la cólera que ya ha causado varias muertes.
El temor de nuevas movilizaciones, por parte de los diferentes jefes de gobierno, ha ido en aumento y la situación es tan preocupante que el nuevo director de inteligencia de los Estados Unidos, Dennis C. Blair afirmó que ?la inestabilidad causada por la crisis económica se ha convertido en la mayor amenaza de seguridad a la que se enfrenta el país en estos momentos, incluso mayor que el terrorismo?.
Además de la prevención creciente al interior de los gobiernos, la OIT lanzó una alerta a finales de enero, en la que se pone de manifiesto que la crisis podría aumentar en 50 millones el número de desempleados durante este año; esto hace que el panorama cada vez sea más desalentador.
En Latinoamérica aún no se registran grandes protestas, pero existe desconfianza entre diversos sectores de la sociedad, ya que según el informe de la OIT el índice de desempleo para el continente estaría entre 8,1 y 8,3 por ciento.
Por su parte, Colombia cerró el 2008 con una estadística de desocupación del 11,3 por ciento, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Andrés Quintero Palomino
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