Entre conjuntos residenciales, instituciones educativas, entidades de salud e industrias nacionales pasan los días 22 miembros de las familias recicladoras, Recikolping. Su trabajo en estos lugares inició hace nueve años con el interés de adelantar tareas de recuperación de residuos generados tras la producción, distribución y consumo humano.
Flor María Ramírez, vicepresidenta de Recikolping, reconoce que su actividad es una fuente de ingresos para muchos y que, más allá de un sustento económico, busca el bienestar ambiental.
?Aunque ha sido duro se ha empezado a entender la importancia del reciclaje para el planeta y esto nos ha brindado nuevas posibilidades de trabajo?, expresa Ramírez.
El caso de Flor refleja la realidad a la que debe ajustarse el mundo laboral en sus esfuerzos por contrarrestar los efectos del cambio climático: los empleos verdes, es decir, aquellos que reducen el impacto de las empresas y sectores económicos hasta alcanzar niveles sostenibles.
Así se enfatiza en estudios recientes adelantados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuya conclusión apunta a que la transformación de los modelos productivos y las inversiones para reducir la degradación del medio ambiente darán paso a la creación de millones de puestos, tanto en los países industrializados como en los que se encuentran en vía de desarrollo.
Según José María Castillo, coordinador de Investigación del Instituto de Estudios Ambientales para el Desarrollo en la Universidad Javeriana, en este contexto debe hablarse de oportunidades y riesgos; así como plantearse un panorama de sectores ganadores y perdedores.
?Quienes puedan adaptarse al impacto del cambio climático en el corto, mediano y largo plazo van a tener alternativas para sostenerse, ser productivos, fortalecer su competitividad y, por tanto, mantener puestos de trabajo y generar otros nuevos?, agrega Castillo.
El potencial de los empleos verdes se encuentra en sectores como suministro de energía, reciclaje, agricultura, construcción y transporte. En esta medida demanda de profesionales en diversas áreas del conocimiento capaces de reducir la huella negativa de la actividad económica.
Para Leonardo Calle, director de la Carrera de Ingeniería Ambiental en la Universidad Central, es urgente preparar al personal integralmente e incluir la dimensión del cuidado en todos los programas académicos, de modo que se fomenten capacidades de adaptación, prevención y gestión frente al desgaste de los recursos.
En opinión de Castillo Ariza de la Universidad Javeriana, carreras como ecología, biología y las ingenierías y administraciones con énfasis en temas ambientales y forestales cada vez tienen mayor cabida en el sector productivo, porque se ha incrementado la acción estatal para el control organizacional, a través de las Corporaciones Autónomas Regionales y otras instituciones.
De hecho, en abril del presente año se expidió el D...
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