Los jefes inmediatos o los empleadores hacen por lo general las evaluaciones de desempeño a sus trabajadores cuando se está terminando el año, con el fin de detallar los logros obtenidos y ver si se cumplió con los objetivos trazados a principio del año. No obstante, es bueno que tú también te hagas una autoevaluación de tu ejercicio ejecutado.
Mary Luz Echeverri, gerente general de IzimaliGroup S.A.S., dice que debe existir un compromiso e interés por parte del trabajador para visualizarse dónde quiere estar y qué retos tiene como profesional. Sin esta iniciativa es difícil cumplir objetivos.
“Para hacerse una autoevaluación de desempeño, el trabajador debe analizar conscientemente cuál es el alcance de su responsabilidad y qué resultado está obteniendo. Revisar fallas o procesos que puedan mejorar su rendimiento”, expresa Echeverri.
Hacerse una autoevaluación de desempeño es importante porque aporta en el crecimiento continuo como profesional y empleado. Además, conlleva a ser una persona proactiva.
Lo primero que debes hacer es observar si el resultado fue satisfactorio o consideras que lo pudiste hacer mejor. Estas reflexiones son necesarias para futuros proyectos y planes de trabajo.
Sé objetivo y sincero contigo mismo, más allá del resultado de la evaluación que te haga tu jefe. Valora tus logros y tu esfuerzo, pero también reconoce tus errores. Eso te ayudará a crecer.
Hay razones por las cuales un empleado no cumple con los objetivos propuestos, por ejemplo, que “se sienta desmotivado cuando sus líderes no lo escuchan o no lo tengan en cuenta en proyectos nuevos de la organización. También cuando se siente mal remunerado”, afirma Echeverri.
Si a principio de año la persona se propuso cambiar de trabajo, ascender de cargo o incrementar sus ingresos y a final de año no logró nada de eso, puede ser por varios factores, según Echeverri: no hubo oferta que cumpliera su expectativa; un reflejo de causas externas, como es la economía del país; o porque al trabajador le faltó compromiso y positivismo con los propósitos planteados o para fortalecer algunas competencias necesarias para conseguir las metas trazadas.
Pablo Andrés Rodríguez, gerente e inspirador en Cuvico y director de Desarrollo Humano en la Organización Equitel, aconseja que para la autoevaluación tú debes preguntarte e identificar en qué has crecido, qué te ha diferenciado, cuánto has avanzado en esas metas que te has establecido, si estás conforme con el esfuerzo que has hecho o si pudiste dar la milla de más. También, cuestiónate cuánto contribuiste a otros y, así mismo, cuánto recibiste de tus compañeros.
Más consejos para la autoevaluación
María Mercedes Montiel, relacionista industrial, recomienda preguntarse – después de identificar lo que no se logró- por qué no cumplió y qué factores le impidieron lograrlo. Es importante autoevaluarse porque tú y solo tú sabes en realidad qué cumpliste, cómo lo hiciste, qué pudiste mejorar, qué te faltó o si pudiste dar mucho más de lo que diste. A veces las metas trazadas no se logran por uno mismo. No se le puede echar la culpa a otros factores. Hay que ser humilde y aceptar, llegado el caso, que no ‘se le metió tanto la ficha’ a lo propuesto.
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Pablo Alejandro Alzate
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